miércoles, 21 de mayo de 2008

Real.

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mi para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar qe no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonrie por debajo de la que mi mano te dibuja.Me miras, de cerca me miras, cada vez mas de cerca y entonces jugamos al ciclope, nos miramos cada vez mas de cerca y los ojos se agrandan se acercan entre si, se superponen y los ciclopes se miran, respirando connfundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiendose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recientos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidas de tu pelo mientras nos besamos como si tuvieramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultaneo del aliento, esa instantanea muerte es bella. Y hay una sola saliba y un solo sabor a fruta madura y yo te siento temblar contra mi como una luna en el agua.


Julio Cortazar, Rayuela, Capitulo 7

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